jueves, 5 de julio de 2007

Elena e Irene: la primera vez de Elena ( cap. 3)

- ¿Estás bien?
- Si. Me lo has preguntado 10 veces en media hora.
- ¿Te había contado que gané un concurso de abrazos?
- Sí, y otro de besos. Y añado yo que si te presentas al de "Novia más chula" también lo ganas.
- ¿Crees que soy una chula?
- No lo creo,lo eres y te encanta serlo.
- Bueno...un poquito...pero sólo contigo.
- Más te vale. Me gusta tu chulería.
-Umm. ¿Beso?
-Creo que ya estoy preparada para hacer el amor contigo.-Irene se separó un poco de Elena, se incorporó y la miró a la ojos.
- Puedo esperar el tiempo que necesites.
- No necesito esperar más, hacerlo sólo hará que me ponga más nerviosa. No me da miedo hacer el amor sino hacerlo contigo, con una mujer, no se cómo tocarte.-Irene puso su mano sobre los labios de Elena impidiendo así que continuara hablando. La miró fijamente a los ojos mientras su rostro adquiría un tono más dulce y en su boca se dibujaba una sonrisa.
- No tienes por qué preocuparte de eso. Sólo tienes que dejarte llevar y disfrutar.
- Pero...
- ¡Calla! Ven conmigo.
- ¿Adónde?- Irene se levantó en silencio, cogió a Elena de la mano y la guió al baño
-Vamos a ducharnos.
- ¿Huelo mal?
- Hueles divinamente. Confía en mí. Quítame la ropa y deja que yo te la quite a tí.
-Estoy demasiado nerviosa para eso. ¿Podemos dejar esa parte para la próxima vez?- Irene volvió a sonreir y empezó a desnudarse. Elena hizo lo mismo con la suya, despacio, sentía vergüenza a pesar de que su cuerpo era bonito y bien formado. Irene se metió en la bañera.
- ¡Ven!- le dijo mientras le tendía la mano. Elena la cogió y entró en la bañera.
-Estoy muy nerviosa. ¿ Para qué me has traído aquí? ¿Qué te propones?
- Tranquila. Confía en mi. ¿ Lo harás? - Elena asintió con la cabeza. La visión del cuerpo desnudo de Irene hizo que su cara ardiese y su cuerpo subiese de temperatura. Vestida ya intuía que tenía que ser bonito pero no había imaginado cuanto. Sus pechos tenían el tamaño ideal, ni grandes ni pequeños, con unos pezones pequeños, bien formados; no pudo evitar bajar la mirada y mirarle el pubis, lo tenía muy recortado pero no depilado al cero y formaba un triángulo muy sexy. Irene era perfectamente consciente de que Elena examinaba su cuerpo pero prefirió hacer como si no se diera cuenta, no quería hacer que Elena se incomodase. Podía ver su cara por el espejo, le divertía ver la cara de Elena mientras la observaba, tenía una mezcla de nerviosismo y curiosidad de niña pequeña que la invadió de ternura.
- Dame tus manos. - Elena salió de su ensimismamiento y obedeció. Irene puso gel en ellas e hizo lo mismo con las suyas.
- Imagina que tus manos son esponja sobre mi cuerpo.-Irene acercó su cara a la de Elena y la besó en los labios dulcemente, apenas ejerciendo una leve presión sobre ellos. Sus manos, más expertas en tocar un cuerpo de mujer, se posaron sobre su vientre , al sentirlas, se encogió levemente y un latigazo recorrió todo su cuerpo. Irene continuó besándola, con besos cortos, rozando su cuello, sus hombros mientras sus manos ascendían lentamente, sin prisas, sin pausa y se paraban en sus pechos, los cogían , los acariciaban sintiendo cómo los pezones se erguían y se ponían duros. Elena permanecía inmóvil, aún no había conseguido poner sus manos sobre el cuerpo de Irene. Todo su cuerpo había subido de temperatura, su corazón latía tan desbocado que pensaba que se le iba a salir del pecho. Dejó de besarla, acercó su cuerpo al de Elena, haciendo que sus pechos se rozaran, sus piernas se entrelazasen y toda su piel acariciase la piel de la otra. La abrazó, Elena también la abrazó sintiendo la suavidad de su espalda, el contacto de su piel, su respiración en su oído, su aliento en su cuello. Se besaron, en un beso largo, lento, mientras , por fín las manos de Elena se decidieron a acariciar el cuerpo de Irene quien, despacio, fue empujando a Elena contra la pared, cuando lo hizo, deshizo el abrazo y dejo de besar sus labios para empezar a lamer sus pezones, a meterlos en su boca mientras sus manos bajaban por las caderas, acariciaban los muslos y separaban las piernas de Elena para posar una mano sobre su sexo.Elena cerró las piernas y al hacerlo la mano de Irene apretó su sexo. Irene dejó los pezones, se arodilló y suavemente, empezó a pasar su boca por el pubis depilado de Elena.
- Abre las piernas... -Elena obedeció y sintió la lengua caliente de Irene rozándole el clítoris. A pesar de que le encantaba y que le flaqueaban las piernas apartó la boca de Irene y la obligó a subir, muy sutilmente hizo que fuera Irene quien estaba contra la pared y entonces comenzó a explorar el cuerpo de Irene como esta lo había hecho minutos antes con ella.
- Vamos a la cama.-Irene yacía boca arriba, a su lado, Elena acariaba su piel con una lentitud pasmosa, disfrutando del placer de la suavidad del cuerpo que tanto amaba. Irene ansiaba tocarla y hacerle el amor pero decidió esperar, dejar que Elena se tomase su tiempo, hoy no tendría prisa, sería el día de Elena. Siguió acariciándola hasta que sus dedos y sus ojos empezaron a tener suficiente y su boca necesitó probar cada rincón . Se colocó sobre Irene, la besó en la boca, jugando sus lenguas como tantas otras veces. Irene aprovechó la ocasión y la hizo rodar suavemente para colocarse sobre ella; siguieron besándose, buscando sus lenguas,metiéndolas en la boca de la otra durante largo rato; por fín Irene empezó a besarla por el cuello, pasando su lengua, cálida, despacio. Elena acariciaba su espalda, sus manos se deslizaban despacio hasta llegar al culo, lo agarró, lo sobó. Irene bajó , lamió sus pezones y los mordisqueó, se entretuvo jugando con ellos hasta que estuvieron muy duros mientras las manos, ágiles y ávidas de suavidad acariaban las caderas. Siguió su descenso hasta llegar al vello púbico, lo acarició con los dedos, pasó los labios por el y separandole las piernas empezó a acariciarle con los dedos, había una gran humedad, bajó al cabeza, quería probarlo, pasó la lengua apenas rozando el clitoris, Elena se arqueó y tiró de su cabeza pidiéndole que subiese, lo hizo pero mientras la volvía a besar con un deseo desesperante, entrelazó sus piernas con las de ella, pubis contra pubis, clítoris acariando clítoris y empezó a moverse. Elena la seguía como si lo hubieran hecho mil veces antes, se movían al compás, cada vez más rápido, notaba la humedad creciente en las dos, los jadeos de Elena en su boca mientras la besaba, en su oído mientras besaba su cuello. Dejó de moverse, Elena la miró, Irene no dijo nada y se colocó entre sus piernas, empezó a lamerla de arriba abajo lentamente, después cogió su clítoris entre sus labios y empezó a lamerlo, a veces lo apretaba con los labios, Elena comenzó a mover sus caderas en un ritmo pausado, Irene introdujo un dedo en su vagina y empezó a meterlo y sacarlo lentamente mientras seguía estimulando su clítoris con la lengua, sacó el dedo y metió dos, despacio, entrando y saliendo de ella. Elena comenzó a moverse más deprisa, sus jadeos más fuertes, más intensos. Notó como el cuerpo de Elena se contraía indicandole que había llegado al orgasmo. Notó como temblaba. Suavemente sacó los dedos y su lengua dejó de acariciar el clítoris, ahora demasiado sensible. Subió, le puso a su lado , la abrazó fuerte y la acarició hasta que dejó de temblar.
- ¿ Es así como se lo hacen las lesbianas?
- Más o menos.
- Entonces quiero más.
- ¿Si?
- Bueno, dame unos minutos....

1 comentario:

Anónimo dijo...

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